Entradas

La noche más gris

Imagen
De repente una noche cualquiera, por ejemplo, esta noche, hubiera sido capaz de olvidar todas las heridas que impregnan mi cuerpo, y llevan tu nombre, a cambio de sentir el tuyo arropando el mío. He echado de menos tu calor en esta noche de verano. Al girarme he vuelto a ver tu lado de la cama vacío y t e he buscado aún sabiendo que quizás ni siquiera te acuerdes de cómo era mi tacto. O asumiendo que no me buscas en tus noches más tristes. Por un momento solo he podido recordar tu boca junto a la mía con una carcajada de por medio que se entrelaza y se asfixia con todo el amor que un día nos tuvimos.  Por un segundo nuestra vida estaba impregnada de momentos buenos empujando al olvido todos aquellos que nos condenaron a lo que hoy es nuestra vida. A veces me permito recordarte feliz y junto a mí. A veces olvido tus malos días, la pena que te acompañaba y los te quiero que no me dijiste.  Me permito inventar la historia de amor que siempre merecimos y siempre nos la arrebataron  tus día

Todo llega, todo pasa

Imagen
Un día cualquiera, en cualquier parte del mundo te golpeará el recuerdo de lo que un día fuimos.  Una noche me buscarás en tu cama como otras muchas noches te busqué yo en la mía. Te acostarás con la noche a cuestas y la pena desgarrándote el recuerdo. Despertarás con el vacío de una vida en ruinas. Te acordarás de la última vez que saliste por la puerta dejándote el último resquicio de corazón en mi casa y saliste frío como el hielo.  Entonces la culpa aparecerá en tu vida para recordarte con todo lo que arrasaste y no te importó. Nos recordarás en nuestros mejores momentos y sentirás que necesitas que te quieran de nuevo, exactamente como yo lo hice.  La mente te llevará hasta Ámsterdam, Portugal, las que fueron nuestras calles y mi cama. Te llevará a todos los lugares que un día nos pertenecieron. A los bares que inundamos de besos. Y querrás no haberte ido nunca de allí. Porque la vida no perdona y si yo cargué con la pena tú con la culpa cargarás. Y a pesar de que hayas pasado

Te encontré en la noche

Imagen
Esa noche, en una cama que no era la mía, me pregunté en cuantas bocas debía de volver a morir para olvidar la tuya. Esa noche dormí con el recuerdo de lo que éramos. Deseaba que al girarme pudiera ver tu espalda y agarrarme a ella. Quise rozar tu piel y no esa. Quise quererte a ti. Que fueras tú el que estaba a un palmo de distancia. Aquella noche fuimos tres: él, yo y tu fantasma. No dejabas de ser un recuerdo permanente, que más que recuerdo era una herida brotando, desangrándose y pidiendo que la besaran. Era yo luchando porque te fueras a la par que abrazaba lo que fuimos. Era yo sin ti suspirando por un nuevo comienzo. 

Después de perderte, me volví a conocer

Imagen
Qué vértigo no dejar de pensarte nunca. Encontrarte por la calle y que me duela el pecho. Que el suspiro de la nostalgia se agarre a mi recuerdo y me desgarre por completo, otra vez. Qué dolor volver a pasar por ese corazón que ahora está en ruinas. Que sienta la angustia como si fuera tu mano la que me asfixia. Que duelas como el primer día, que vuelvas sin llamarte, que llores sin pena, que no me recuerdes, o que si algún día lo haces, lo hagas desde la distancia. Qué liberación no tenerte cerca, no saber si tus pasos se acercan o se desvanecen, no escuchar tu silencio, no sentir el vacío de nuestros cuerpos en mitad de la noche.  Pero qué felicidad volver a conocerme a través de estas letras que brotan del dolor, reencontrarme con la que un día fui, volver a quererme, olvidarte mientras me recuerdo.

El recuerdo del olvido

Imagen
Hoy he vuelto a recorrer las calles que nos vieron de la mano hace un tiempo, a pasar por el estanco donde fuiste a comprar tabaco y volviste, a escuchar tu voz en mitad del murmullo. Te he recordado, pero como quien se acuerda del muerto en mitad de la guerra. Uno más entre tantos y rezando porque te fueras en paz. La rabia me invade cada vez que suena tu nombre y en mi cabeza resuena cada vez como un eco más y más lejano. […] Me pregunto dónde estás y me responde el silencio. Me pregunto si no recordarte forma parte de la estrategia de no haberte llegado a conocer nunca. Si algún día oirás mi nombre y la mente te llevará justo a este momento. Juego a buscar la distancia que haga del olvido mi nuevo hogar, a escapar del recuerdo, a rescatarme entre tanta pena. Quiero deshacerme de ti, olvidar tu nombre, el silencio que había entre ambos, el dolor de nuestro pasado y el futuro que por momentos habíamos vislumbrado.  […] Por mucho que sea el dolor que me atormenta, el corazón solo me pi

Amor a cobro revertido

Imagen
Cuánto dolor puede albergar un corazón. Cuántos golpes necesita para romperse. Cuando el dolor es aún más grande que la definición de dolor . Y absolutamente todo se paraliza menos los latidos quebrados de tu corazón que piden que alguien lo devuelva a la vida. En qué parte del camino te perdí, dónde se fue esa mirada que anclabas a la mía. Quizás te perdí en una pregunta, quizás en una despedida o al abrazarte en mitad de la noche. Pero un día te fuiste y aunque tú regresaste, nunca más coincidimos. Recuerdo cuando eras puro hielo y solo con mirarte me sangraba el alma. Cuando cada día me anclaba a tu último suspiro para soñar que me querías. Hoy vuelve a pasar lo mismo. Solo le pido al pasado que no te recuerde lejos de mí. Necesito recordarte pegado a mi pecho, hablándome como si necesitaras escuchar el eco de mi voz resonando en tu oído. Como si esperases mi amor a cobro revertido. Como si por esos segundos solo existiéramos tú y yo. Contigo he renacido de mis cenizas. Por

El silencio del querer

Imagen
Creo que es la incertidumbre la que me presiona el pecho y me hace dudar hasta el último eslabón de mi pensamiento.  La lucha eterna contra el silencio que nos encierra. Qué se puede interpretar de él. El miedo, la huida, el terror y escuchas a lo lejos unos pasos que desconoces si se acercan o se desvanecen. Estamos en un lugar sin nombre, sin luz, sin principio y sin final. Una tierra que no sabemos a quién pertenece, o si algún día la recordarán porque hubo un tiempo en la que la habitamos. Los dos. Juntos.  Ese lugar tendrá el leve recuerdo de quienes fuimos juntos: nuestras risas y las palabras ahogadas en tu mirada queriendo explorar una salida . La mía intentando descifrar qué escondes en la cabeza y en ese corazón que lleva secuestrado toda la vida. Una incertidumbre que arrasa y protagoniza los domingos sin fin. Los bucles infinitos y el grito que te lanzo en cada despedida. Intento olvidarme de todo esto que he desprendido, de las dudas con las que me arropas e intento aferr

Visitas

Seguidores