Después de perderte, me volví a conocer

Qué vértigo no dejar de pensarte nunca. Encontrarte por la calle y que me duela el pecho. Que el suspiro de la nostalgia se agarre a mi recuerdo y me desgarre por completo, otra vez.

Qué dolor volver a pasar por ese corazón que ahora está en ruinas. Que sienta la angustia como si fuera tu mano la que me asfixia. Que duelas como el primer día, que vuelvas sin llamarte, que llores sin pena, que no me recuerdes, o que si algún día lo haces, lo hagas desde la distancia.


Qué liberación no tenerte cerca, no saber si tus pasos se acercan o se desvanecen, no escuchar tu silencio, no sentir el vacío de nuestros cuerpos en mitad de la noche. 


Pero qué felicidad volver a conocerme a través de estas letras que brotan del dolor, reencontrarme con la que un día fui, volver a quererme, olvidarte mientras me recuerdo.




Comentarios

  1. El dolor también nos enseña a apreciar la vida.

    Más dulces besos para ti.

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