Al son del corazón

 Hay días en el que uno siente el futuro más cerca que nunca. La piel es capaz de sentir absolutamente todo lo humano y lo que no lo es. La cabeza no es capaz de mantenerse ni siquiera dos minutos seguidos sobre la tierra que pisan tus pies y el corazón está tan débil que olvida su coraza.

Dadas estas condiciones uno se cree que capaz de vislumbrar aquello que nos ha preparado la vida para los años que nos restan. Además, da la casualidad de que todo lo que se percibe durante esas 24 horas que dura el día, menos mal, es triste y tiene un aire a dolor. El día se vuelve gris y uno solo quiere volver a ese tiempo pasado donde era tan feliz que no tenía tiempo de temer por el futuro. Son horas que pasas fatigándote y pensando qué será de tu poesía cuando todo lo que conocemos ya no exista. 

Pero de repente esos ojos negros repletos de recuerdos rompen el caos y se anclan en este corazón que vuelve a latir al son.






Comentarios

  1. Tratar de vislumbrar el futuro de manera constante nos hace olvidarnos del hoy, del momento, que es desde donde parte ese futuro incierto.

    Más dulces besos Naty.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Visitas

Seguidores