En nombre del dolor
Hoy he aprendido que por mucho
que se curen las heridas, nunca acaban desapareciendo. Que tengo miedo y lo
digo gritando para ver si así huye, desaparece y me devuelve la calma. Miedo de
volver a tener un corazón vacío que echa de menos a cada trago. Miedo de volver
a un infierno que nunca supo abrazarme. Pena y dolor de sentir la muerte tan
cerca antes de que aparezca el muerto. Aunque no exista el miedo, lo creo, por
culpa del pasado, por miedo al presente y la incertidumbre del futuro.
Escribo sin sentido, pretendiendo
deshacerme de todo lo que me controla. Queriendo sentirme libre al acabar estas
letras. Maldigo cada herida que me dejaste anclada en la piel, me maldigo por
no saber olvidarlas, por recordarlas y hacerlas protagonistas, aunque yo no lo
quiera.
A pesar de que me repito que todo
lo que tenga que venir vendrá, sigo creyendo que algo va mal, que soy incapaz
de controlar lo que está sucediendo, que de pronto vendrás a confirmarme que
todo el dolor que estoy prediciendo, es real. Y prolongaré el dolor, le daré
nombre y viviré con él hasta que tenga fuerzas para desahuciarlo.
Que pronto vengan esas fuerzas, son necesarias para seguir.
ResponderEliminarUn saludo.
Los miedos no pueden tener cabida en la vida, si bien existen están para vencerlos. Que así lo hagas.
ResponderEliminarBesos dulces Naty y dulce fin de semana.
Ando en algo parecido actualmente. Me sentí algo identificada. Muy bien escrito, me encantó.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Las heridas son cicatrices: trayectorias arraigadas sobre órganos o piel. Muestran el mapa de tus viajes.
ResponderEliminar´He estado muchos meses sin entrar, precisamente por una cicatriz enorme de la que estoy intentando curarme, aunque lamentablemente es de por vida. Me ha gustado volver a leerte, porque en cierta manera hacía muchísimo que no lo hacía y me he sentido muy identificada en algunas cosas.
ResponderEliminarUn abrazo.
La cicatriz siempre queda... uno aprende a vivir con ciertos dolores, uno acepta que en la vida hay que estar dispuesto a sufris para ser feliz... y con esa aceptación el miedo disminuye y la vida se vuelve algo más liviana...
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