Revólver
Andaba disfrazada de diana porque un día la convencieron de que merecía
que cada bala lanzada desde cualquier mano debía acabar en su pecho.
Aseguraban que en su piel todos los principios daban vértigo, y al final era ella la que acababa huyendo. A veces buscaba a quien la quería encontrar, para echar a suertes un
amor destinado a fracasar, porque ella estaba rota y el puzzle que
llevaba consigo quien la quería abrazar solo iba a hacer que se rompiera
mil veces más. Porque a veces no basta con sujetar a quien busca la
salida de emergencia.
Perseguir y desvestir al fantasma que vestía sus miedos, ese era el
verdadero reto. Retar a la muerte a un duelo para comprobar quién le
temía más a la eternidad. Y ella perdía en este juego que siempre era la
vida, temblaba aunque el revólver no estuviera cargado.
Así es como concluyó al final de su despedida que el verso nunca llegó a
convertirse en poema porque quizás quien lo escribía nunca llegó a
sentirse poeta.
Aprender a vivir y superar las barreras es tan necesario en la vida que cuando no se logra aquello se sucumbe ante todo. La de la foto eres tú?
ResponderEliminarDulces besos Naty y dulce semana.
La lucha diaria.
ResponderEliminarUn saludo.
'porque quizás quien lo escribía nunca llegó a sentirse poeta.'
ResponderEliminarDemasiado cierto, una vez más lo has conseguido ♥
Mil gracias por tu comentario. Te quería agradecer tus palabras aunque llego un poco tarde. Me ha dado pena volver y ver que muchos de los que me escribíais ya no seguís activos en los blogs, pero aquí os esperaremos para cuando decidáis volver.
EliminarTodos temblamos en este juego de la vida, lo importante es saber seguir a pesar de saber que nos apuntan con una pistola, ¿no?
ResponderEliminarGran entrada
Muchísimas gracias. No puedo estar más de acuerdo con tu reflexión, M.
EliminarMe ha llegado mucho tu entrada hoy, me he identificado con la protagonista, muchas gracias por compartirlo
ResponderEliminarGracias a ti por comentar y sentir de esa manera. Es un placer leer comentarios así.
EliminarWow, qué preciosa entrada. Me la perdí, ¿sabes?
ResponderEliminarHE estado unos días ausente y revisando cada blog que sigo he visto esta preciosidad de texto. Muy reflexivo y que además suscribo, especialmente en que no es suficiente sujetar. ES como sentirse solo estando físicamente rodeado.
Precioso, muy precioso.