No me esperes

Y aunque siempre el escenario de todos los poemas sea el abismo nunca dejará de ser mi lugar preferido, me confesaste. Tras diez pasos de baile, una balada entre nuestras manos y una bala atravesando el instante me dijiste: "Coseré tus heridas como si fueran mías."
Entonces todo cambió, el cielo cayó sobre nosotros, el suelo se rompió en dos y el tiempo dejó de contar las horas. Tuve miedo, como en todos los comienzos, las ganas de correr y huir eran insoportables, un corazón con miedo al devenir y una mente insistiendo que era el momento de vivir. 

Noté en tu mirada que una idea había pasado por tu cabeza y que poco a poco se iba convirtiendo en una certeza, me resentí como si ya fueran dos mis problemas: tú y yo. 
Nadie se atrevería a vivir una historia si cada paso que da es hacia atrás, en dirección a la salida de emergencia.

Podríamos decir que mirarte a los ojos es morir, pero si a ello le sumamos dos poemas en los que dejó caer un "quizás" es como si me agarraran con fuerza el pecho y no me dejaran respirar.



Comentarios

  1. Hola!
    Como siempre quedo maravillada con tus relatos, me ha encantado.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. A mi no me gustan los quizás, suenan a incertidumbre, mejor agarrar con certezas y seguridad.

    Dulces besos Naty y que tengas una feliz semana.

    ResponderEliminar
  3. Cada uno de nosotros tiene en sus manos el poder de decidir en cada instante que quiere vivir, y si tu siente que te aprietan el pecho y no puedes respirar, mejor es coger aire y dejar pasar pagina de esta etapa y vivir otra que te haga sentir que eres parte de un gran mundo y no de una pequeña realidad.
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Y eso es miedo, pero un miedo lindo.

    ResponderEliminar
  5. Impresionante, Natalia. Me has llegado al corazón.
    Qué bonito y qué terrorífico es eso de enamorarse.
    BEsos

    ResponderEliminar
  6. En los poemas no deberían caber los "quizás", al menos esos que matan más que el cáncer de pulmón. Sin embargo, en todos los textos debería caber la fuerza, la fortaleza que se lee entre líneas en este tuyo.
    Estremece, Natalia. Y nos deja un poco temblorosos :)
    Besos.

    ResponderEliminar
  7. Qué fácil es ver un resquicio de esperanza para no morir, para seguir adelante. Quizá mejor denominarlo instinto de supervivencia.
    BEsitos

    ResponderEliminar
  8. La vida, y la poesía, es así... Todo son multiples "quizás"... Nada es tan sencillo como podría serlo

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. Muy triste, yo odio esos momentos de indecisión o de dudas. Detesto andarme con medias tintas, y más aún que alguien se ande así conmigo. Espero que no sea autobiográfico, en cualquier caso ^^

    ResponderEliminar
  10. Un relato excelente, me ha encantado. Siempre es un placer pasar por acá, besos!

    http://cocojetaimeblog.blogspot.com.ar/

    ResponderEliminar
  11. Para atrás ni para coger impulso, suelta todo lo que te apreté y te até. A veces aquello que no nos deja respirar, es el dolor que te causa en ti esa persona y ese amor tan toxico. El amor es bonito, y cuando se ha destruido todo y se te cae el mundo al suelo, lo mejor es dejarlo morir y no darle más vida a algo que ya esta muerto.

    Un beso,
    con amor.

    ResponderEliminar
  12. el texto una maravilla y la foto lo completa al 100 por 100
    un beso
    Ainhoa

    ResponderEliminar
  13. Esa sensación me resulta familiar, y es tan adictiva como desagradable. Muy acertado y bueno el texto. Besotes linda.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Visitas

Seguidores