No me esperes

Y aunque siempre el escenario de todos los poemas sea el abismo nunca dejará de ser mi lugar preferido, me confesaste. Tras diez pasos de baile, una balada entre nuestras manos y una bala atravesando el instante me dijiste: "Coseré tus heridas como si fueran mías." Entonces todo cambió, el cielo cayó sobre nosotros, el suelo se rompió en dos y el tiempo dejó de contar las horas. Tuve miedo, como en todos los comienzos, las ganas de correr y huir eran insoportables, un corazón con miedo al devenir y una mente insistiendo que era el momento de vivir. Noté en tu mirada que una idea había pasado por tu cabeza y que poco a poco se iba convirtiendo en una certeza, me resentí como si ya fueran dos mis problemas: tú y yo. Nadie se atrevería a vivir una historia si cada paso que da es hacia atrás, en dirección a la salida de emergencia. Podríamos decir que mirarte a los ojos es morir, pero si a ello le sumamos dos poemas en los que dejó caer un "quizás" es como s...