Ni vencedor ni vencido, luchador

Y cuando nos creímos invencibles, capaces de afrontar cualquier tipo de dolor nacido para destruirnos, nos venció, esa bala nos convirtió en vencidos. Cualquier tipo de amor lleva con él el sentimiento más grande, pero que sea el más grande es directamente proporcional al dolor que provoca. Porque amar significa quitarnos la coraza ante quien nos ama y amamos, es no tener ningún reparo ni justificación ante esa persona. Es jugar a una partida de dos, en el que conocemos nuestras cartas, pero el juego está sujeto a estrategias, estamos arriesgándonos a que nuestro compañero tenga más que nosotros, y tener más que nosotros, en esta ocasión, es tener la oportunidad de arrebatarte el corazón, y dejarte sin nada. Y en ese caso, si por cualquier casual consiguieran arrasar con todos nuestros propósitos y vencieran, deberíamos de volver a reconstruir lo que un día nos arrebataron, y comprender que nuestro mayor castigo es vivir con las heridas de esa guerra. Pero todo el mundo sabe...