Las lágrimas de la desesperación.

Se levantó bruscamente del banco donde estaba sentado,con un gesto de enfado cogió el móvil ,y se dispuso a irse inmediatamente de aquel lugar,dejando atrás a la chica con la que estaba hablando,ella al ver el estado en el que se encontraba su amigo,lo dejó marchar.

Comenzó a andar por ese camino,sin un rumbo fijo ,poco a poco iba acelerando su paso,quería irse de ese sitio lo antes posible,cuando se dio cuenta de que se encontraba solo en mitad de la nada,se paró,y apoyándose sobre un árbol caído.Se encontraba en un lugar donde su único amigo podía ser el silencio.Suspiró,comenzó a pesar en todo lo que le había ocurrido para terminar allí,lejos de todo el mundo.Y de repente,una lágrima descendido por sus mejillas,murmuró :No,otra vez no.

Con la manga de su jersey azul se secó las lágrimas,dejó caer sus rodillas sobre el suelo,y su cabeza se inclinó hasta la misma altura que el terreno-No Dios mio,no te la lleves,pronunció mientras de nuevo las lagrimas aparecían en su rostro.El sabia que por mucho que rezase,y le suplicase a ese dios al que jamás hablo anteriormente,no arreglaría nada,pero estaba solo,no tenia nadie mas con quien hablar,y tampoco quería hacerlo, así que nuevamente le pidió que la dejará junto a el un tiempo más.

Pasaron un par de horas hasta que el chico se dispuso a coger el camino que le llevaría de vuelta a casa,si algo había aprendido de la trágica situación que estaba viviendo es que esta vida no es juego,y que de la noche a la mañana se pueden aprender tantas cosas como en toda una vida,y sobre todo es que con el tiempo no se puede jugar.

Cuando estaba en el ascensor,sacó del bolsillo derecho del pantalón sus llaves,haciendo un pequeño giro a la derecha abrió la puerta de su casa,alzando la voz,preguntó-¿Mamá?- A lo lejos,se podía escuchar a una mujer tosiendo,y con una voz muy desgastada y cansada contesto:-Aquí estoy hijo mio.-,el muchacho se dispuso a ir junto a su madre,llegó a su cuarto,se tumbo junto a ella,la abrazo y la dijo:Te quiero,mamá.La madre con las pocas fuerzas que le quedaban sonrío,mientras le acariciaba dulcemente la mano.






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