Cuando despiertes
Una vez más te equivocaste amor, no es que yo no fuera, sino que no quería ser contigo. Porque ahogarme en tu deseo era aceptar que no podría gritar ninguna noche más, que mi voz quedaría bajo el pretexto de quien lo intentó sin salir de las sábanas. Así me convertí en tu peor recuerdo, pero me quedo con que tu pesadilla solo fue la sombra de la vela que jamás se prendió, porque aprendió que no merecía el dolor consumirse a la luz de quien ni siquiera intentó salvarla del incendió.