Carreteras, copas y penas

Dejarte marchar, y verte andar entre carreteras haciendo señas al avanzar. En tu piel quedaron todos los kilómetros desgastando la suela de los zapatos. Marcando tus pasos, le diste paso a una vida que rechazaba los fracasos. Dejando atrás cada vaso que se quedaba en ese bar de carretera viejo y desgastado. El corazón te sangraba dejando rastro para hacerle saber al cielo que allí donde estuvieras, en el recuerdo del tiempo quedaría grabado. “Nadie sería capaz de olvidar a alguien que vendió su alma al diablo a cambio de una copa más y un disparo menos en el pecho.” Me decías siempre después del último trago. A pesar de que me dijiste que de ninguna manera podías desaparecer al amanecer ya nunca más te vi volver. Entonces tuve que agarrar tu recuerdo, para que, al despertar en otoño, no volviera a ese bar que aún olía a ti, para buscarte en esa última copa que siempre me prometías, jamás cumplimos y cada noche quise ...